En tiempos de guerra...
Cualquier hueco es trinchera, dice la sabiduría popular.
Concordando con mi pana el Roto, nuestro "amigo" Lucio está preparándose para la guerra.
Pero, ¿quién es el verdadero enemigo?
Más allá de las ansias de poder que tienen algunos, y de las ganas de quedarse que tienen otros, preguntémonos de verdad quién es el conspirador...
¿No es conspirador el que va gastando la plata de viaje en viaje por apoyar a su partido? Ahora resulta que es el Stephen Covey ecuatoriano y así nos va a reanimar y mejorar la autoestima ecuatoriana.
¿No conspira contra su país el que se reune con el mayor atracador de la historia? (Y caradetuco de paso, porque le pone la cara a la prensa internacional)
¿No conspira contra el país quien se hace de los oídos sordos ante el clamor del pueblo?
No nos remediará la situación el hecho que venga cualquier otro títere a gobernar. Nos remediará la situación el hecho que se acabe la corrupción en este país. Es fregado sí, es más, es imposible. Sí, imposible. Pero lo que podemos hacer es frenarla, hacerla menos, cada vez menos. Enseñemos a nuestros panas, para empezar, el frenar la corrupción. No nos dejemos llevar por el famosísimo "lleve" o "5% comishión, proeshor". Somos más que eso.
Hagamos que todos nos sintamos en capacidad de poder decir "Aquí estoy, escúchenme", y que no se hagan de los oídos sordos. Sino, que tenemos: más pobreza, más delincuencia, más inseguridad. El problema no está en cuántos policías pongamos o cómo armemos a la policía, sino en cuántos menos delincuentes tenemos.
Eduquémonos. Eduquemos a nuestros semejantes. No toleremos la corrupción. No dejemos a un lado las ganas que tenemos que el Ecuador crezca. Si podemos. Si lo haremos.
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