6-0

Como vivo en el centro, me dio gusto ver a mi hijo, de tan sólo 1 año y 4 meses, agitar desde el balcón del departamento la bandera celeste blanco de esta tierra de bravos y valientes. Lo alcancé a saludar, claro que ni me distinguió, pero no importó. No aflojó la banderita ni para dormir. Hoy cuando se despertó lo primero que hizo fue agarrar la dichosa banderita. Anoche le estaba enseñando a decir "Guayaquil", cosa que mi esposa ya le había estado insistiendo. Al final, me engañó con un "yaq". Le dije: "Esta es tu tierra, defiéndela lo más que puedas".

Este servidor suyo iba junto a la bandera gigante, codeándose con ancianitas de unos 75 años. Daba verdadero gusto escucharlas gritar "Viva Guayaquil!". Me animé a preguntarle a una que cómo así arriesgaba tanto, ella me dijo: "Guayaquil merece más, mucho más".

Los guayaquileños nos pronunciamos ayer. La denominada marcha blanca, que algunos querían que se vuelva roja, fue impecable. Definitivamente, Guayaquil y el Ecuador están para cosas grandes. ¿Porqué no nos dejas, Lucio? ¿Qué te ha hecho Guayaquil, Damerval? ¿No se dan cuenta que el desarrollo del país depende del desarrollo de las ciudades?

Primer aviso, dijo el alcalde. Si me dicen que lo ponga en términos futbolísticos, el resultado de ayer fue Guayaquil 6 - Bucaram, Noboa, Gutiérrez y Asociados 0.

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Han sucedido demasiadas cosas en el ambiente como para una nueva cartelera. Mañana la pongo.