El respeto a las leyes y los reglamentos

Retomando el tema de las 10 reglas, toca revisar, o por lo menos, pensar un poco en la 7ma: el respeto a las leyes y a los reglamentos. No sé si lo que escribiré se irá por el caño en cuanto lo termine de leer usted, amigo lector. Pero no importa. Lo que verdaderamente importa es que deje sembrado en usted la duda. Las ganas.

Y digo que no sé si ser irá al caño, porque en este nuestro lindo Ecuador, la corrupción es cosa de todos los días. El pisotear la ley, pasarla por encima, acomodarla a nuestro favor, se vuelve ya cosa tan rutinaria que ya no se empeña en atacar dichas irregularidades, sino que ahora nos estamos acostumbrando a saber quienes son. Esto es precisamente lo que hay que combatir: la sinvergüencería.

Hay que reclamar, hay que hablar. No es cuestión de quemeimportismo. Es cuestión de que sabemos que está mal y no hacemos nada por mejorar la situación. Es cuestión que dejemos de lado el egoísmo y hagamos lo mejor para el país. Respetar las leyes. Pregunto: ¿de verdad es tan jodido? ¿Cuesta mucho esperar 30 segundos a que el semáforo cambie de rojo a verde? ¿Cuesta mucho no "apurar" algún trámite? ¿Cuesta mucho no trampear el medidor de luz, a sabiendas que va a consumir más?

Día a día vemos como la sinvergüencería nos absorbe más. Pero insisto: somos nosotros mismos los que dejamos que impere. Hoy repasaba los diarios: nepotismo, desidia, piponazgo, repartos, etc. Y lo dejamos suceder. Quisiera que llegue el día en que dichas noticias aparezcan solo en los archivos de los diarios. Pero no va a suceder nunca. Somos humanos. Y nuestra condicion de humanos nos hace "imperfectos", sujetos a fallas. Pero lo que debemos procurar es que dichas fallas sean mínimas. Señalarlas y exigir sanciones. Protestar y reclamar. No hacer de esas cosas lo cotidiano.

¿Quieres un Ecuador mejor? Respeta las leyes, comienza por ahí.