Deja vú
En Enero, veíamos como el coronel hacía gala de su mayoría legislativa para promover su proyecto de consulta popular.
Por otro lado, veíamos al entonces doctor vicepresidente callado. Cuando hablaba, no se notaba otra cosa sino su malestar por haber sido relegado del gobierno. En cuanto le daban algún micrófono, manifestaba claramente estar dolido con el dictócrata; que su plan de aseguramiento universal, que pensaba que iba a manejar el área social, etc.
Y el coronel estaba dolido. Se los veía a cada rato reconciliándose, y a renglón seguido se separaban nuevamente. Al vicepresidente Palacio lo hacían notar cada vez menos. Y en los meses subsecuentes, sabiendo del calor político que habían dejado las marchas, contramarchas, plantones y demás, no tuvo reparo en declararse frontalmente en contra del régimen al cual el mismo pertenecía, pero al cual cobardemente -o debo decir inteligentemente- no quería dejar de pertenecer.
Llegó el 20 de abril. Defendió la soberanía del pueblo en sus primeros discursos. Sobrevivió a Ciespal. Prometió refundar el país. Parecía que lo que se necesitaba era un doctor, para recuperar al país, el cual, en sus mismos términos, "estaba en coma".
Nadie aprende de la experiencia ajena, Fátima recalcaba por aquellos días, al referirse claramente a los diputados: Lucio había pasado por tres procesos de derrocamiento y no aprendió. De ahí que los congresistas se quedaron y siguen haciendo de las suyas. Lo mismo ahora le está sucediendo al doctor.
En un afán de protagonismo, derroche de seguridad, mal asesoramiento, o un largo etcétera que prefiero resumirlo en un "no sé", el presidente Palacio ha enviado por estos días su propuesta de consulta popular.
Y lo que es peor, ha burlado al pueblo ecuatoriano y al vicepresidente. No hace mucho me ilusionaba con la campaña de "El Gobierno me escucha". Propuestas para cambiar al Ecuador, eso se necesita, y que mejor que las propuestas venidas por el mismo soberano. Interesante propuesta, así pensaba. Pero definitivamente, como también puso Rafael en su momento, era mejor haberla llamado "El GobierNO me escucha". Yo le pondría el nombre: "El Gobierno me escucha, pero no hace nada". Quizá hubiese resultado más respetuoso.
El día de hoy se han comenzado a manifestarse cierto resentimiento, por parte del vicepresidente. En una jugada bien tonta, el ministro Gándara reconoció que nunca creyó en el proceso llevado por el Conam. Esto, a mi modo de ver, ya raya en el irrespeto por completo.
La consulta está archivada. El gobierno dice que fue un ensayo. ¿Que clase de ensayo será? ¿Para qué ensayan?
¿Y las 8000 propuestas que llegaron al CONAM? ¿Y el rol de vicepresidente en este proceso de Concertación ciudadana?
Otra vez presidente y vicepresidente andan por caminos distintos. Otra vez se han alejado. Señor Alejandro Serrano: renuncie. No sea como el doctor, que ya se le olvido lo feo que se ha de sentir ser ignorado y burlado. No se comporte oportunista. Renuncie y listo. Su nombre fue elegido con cuidado. Con ese mismo cuidado y honor que se supone tiene, salga por la puerta grande de Carondelet, con la frente en alto y antes que sea muy tarde. Salga antes que se dañe su nombre.
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