Año 2173

Año, 2173.- Luego de que a principios del siglo anterior se descubriera el mapa completo del genoma humano, por fin se puede aseverar, que tras casi 70 años de lucha, los cientificos lograron la corrección de genes defectuosos en el embrión, aún cuando éste tiene 2 semanas de vida.

Mediante un sencillo procedimiento, el embrión es retirado del vientre materno, se le realizan las pruebas para verificar que no posea los genes que provocan el síndrome de Down, la ceguera, la sordera, diabetes, entre otras, y se reemplazan con genes de embriones sanos obtenidos mediante clonación del mismo embrión. Una vez reemplazados, se realizan las pruebas de resistencias a enfermedades tales como el SIDA-2 y la hepatitis; así como se preparan a todos los genes para que no den cabida a enfermedades comunes como intoxicaciones, cáncer (en todos los tipos), entre otras.

Lastimosamente, hoy que celebramos 100 años de este notable avance científico, se ha puesto a la humanidad en peligro: con tanta gente saludable, los gobiernos del mundo están haciendo esfuerzos enormes por mantener a toda la población -cuya esperanza de vida ha subido, en los últimos 100 años, de 80 a 140 años-.

En un intento desesperado, la Unión Eurásica ha tenido la iniciativa de comenzar a poblar Venus, mandando exclusivamente allá a los jubilados -aquellos mayores de 90 años-, para que terminen sus vidas, en una suerte de cementerio espacial, para que dejen lugar a los millones de jóvenes que sostienen el sistema económico de dicha región, logrando de esta manera, despejar a quienes ya los consideran estorbos.

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Ahora vemos con horror aquel holocausto propiciado por Hitler. Aquel holocausto que buscaba eliminar todos los "defectos" de la especie humana, y poder obtener una super raza. Con el descubrimiento del genoma humano, estoy seguro que en algún lado ya se están haciendo dichos experimentos. El fin, "una mejor humanidad".

Tengo un pariente muy cercano, que digamos, tiene una "falla". Se me hace imposible pensar que sería de la humanidad sin gente así. Cada que la veo, converso, me toma la mano, se siente feliz cuando me ve. Jugamos a veces, y nos arranca más de una risa a todos, y ella se ríe, y me encantaría saber algún día que es lo que piensa sobre nosotros. O mejor no, que se lo quede para ella y su mundo.

Tener personas así nos hacen ver más humanos, más falibles, más insignificantes. Nos vuelven hacia la reflexión de lo que una verdaderamente buena vida debe de ser. Sinceramente dudo mucho que le ganemos en tan solo 100 años (como propongo en el relato de la parte superior) a un proceso conducido por la naturaleza por más de 100 millones de años. Ellos están ahí precisamente para saber valorar lo que tenemos, hacernos mejores personas, mejores humanos. Ahí está mi ideal de mejor humanidad: una humanidad con mejores valores. Que seamos mejores humanos físicamente, claro: la lucha contra las enfermedades está bien, no digo que no. Lo que digo es que no debemos tampoco de propender hacia la perfección: encontraremos nuestra destrucción en ello.

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Con esto cumplo con el segundo pedido de la tiranía del lector. Cumplido (o espero haber cumplido), Miss Dorothy Hale.