El Ecuador de hoy - Política y Sociedad Ecuatoriana: Uno de políticos

septiembre 07, 2005

Uno de políticos




Un día, mientras caminaba por la calle, un político “de éxito”, candidato por un importante Partido a la Presidencia de la República, es atropellado por un camión y muere. Su alma llega al paraíso y se encuentra en la entrada con San Pedro en persona.

- Bienvenido al paraíso- le dice San Pedro. -Antes de que te acomodes, hay un problema. Verás, muy raramente un político de tan alto nivel ha llegado aquí y no estamos seguros de qué hacer contigo.

- No hay problema, déjame entrar- le dice el hombre

- Bueno, me gustaría, pero tengo órdenes, desde lo más alto, de que lo que haremos será hacerte pasar un día en el infierno y otro en el paraíso, y luego podrás elegir donde pasar la eternidad.

- De hecho, ya lo he decidido- dijo el político. - Prefiero estar en el paraíso.

- Lo siento, pero tenemos nuestras reglas.

Y con esto San Pedro lo acompaña al ascensor y baja hasta el infierno. Las puertas se abren y se encuentra justo en medio de un verde campo de golf. No muy lejos hay un club con múltiples campos deportivos. Delante de él encuentra a todos sus asesores y demás miembros de su partido que trabajaron con él. También opositores, de derecha, izquierda y centro con los que transó, alegremente, en oscuras negociaciones. Empresarios que lo auspiciaron para que los autorizara a seguir con sus negocios y proteger sus privilegios, así como dueños de multimedios de TV, prensa, radio, generadores de opinión, columnistas y comunicadores que le debían algunos favores, preciosas modelos que alegraron las fiestas y su vida, todos vestidos con elegantes trajes y muy contentos. Corren a saludarlo, abrazarlo y recordar los buenos tiempos en los que se enriquecían a costa del pueblo. Juegan agradables partidos de golf, básquet y se divierten en la piscina. Por la noche cenan en el club con langosta, caviar y los licores más cotizados. Saluda con el diablo, que es un tipo muy simpático. Se divierte, cuenta chistes, recuerda con sus amigos los millones ganados y antes de que se dé cuenta, es hora de irse. Todos lo abrazan, se despide y entra al ascensor.

Al regresar al paraíso San Pedro lo espera. El político pasa 24 horas de nube en nube, tocando el arpa y cantando. Se divierte mucho y, antes de que se dé cuenta, San Pedro va a buscarlo.

- Has pasado un día en el infierno y otro en el paraíso. Ahora debes elegir tu eternidad.

- Bueno, no lo habría dicho nunca, el paraíso ha sido precioso, pero creo que mejor he estado en el infierno.

Así que San Pedro lo acompaña hasta el ascensor y otra vez baja al infierno. Cuando las puertas del ascensor se abren se encuentra en medio de una tierra desierta pestilente, cubierta de porquerías, excrementos y desperdicios. Ve a todos sus amigos, vestidos con harapos comiéndose las excretas. El diablo lo detiene y le pone un brazo en el cuello.

-No entiendo- balbucea el político. -Ayer había un campo de golf, piscina temperada, un club, comimos langosta, caviar, bailamos y nos divertimos mucho. Ahora todo es una tierra desierta llena de desperdicios y mis amigos parecen unos miserables.

El diablo lo mira, sonríe y dice:

-Ayer estábamos en campaña electoral, igual como tu hacías con tus votantes. Hoy, votaste por nosotros y te doy la misma medicina e igual trato al que le diste a tus electores.