El Ecuador de hoy - Política y Sociedad Ecuatoriana: Sé de una puta que no quiere serlo...

febrero 07, 2006

Sé de una puta que no quiere serlo...




Sé de la existencia de una prostituta que no quiere serlo. Me cuenta –y me entero- que ha sido vapuleada constantemente. Siempre por señores de alto nivel. Siempre por aquellos que en algún momento la engañaron, fingiendo que iban a ser sus protectores. Eso siempre pasa con los chulos: al principio todo bien, pero si la puta no les rinde, tienen que maquillarla mejor, acomodarla a su antojo, transformarla; con el fin que produzca para el bolsillo del chulo.

Ella quiere dejar ese mundo, me ha contado. Pero no puede. Se debe a muchos chulos. Es que esta prostituta es muy especial: no se debe a un solo chulo. Varios la manosean siempre y cuando redunde en beneficio propio. Y están organizados los chulos. Se turnan para violarla. Se turnan para ultrajarla. Se turnan para beneficiarse de ella.

Por otro lado están los clientes de ella. Lastimosamente, no se benefician mucho de los placeres que podría provocar. Es que los chulos la dejan tan cansada que ni ganas de dar un poco al resto. Los chulos se le llevan siempre todas las ganas de servir que tiene.

Y es que es lo más chistoso del caso: los chulos que la indujeron a la prostitución, inicialmente pensaron –o hicieron pensar- que iba a ser la mejor: atendería por igual a todos los clientes, satisfaría a todos quienes acudan a ella. Y con sonrisa garantizada.

Sin embargo, los clientes están cansados también de los grandes anuncios y el poco respeto del que es víctima la puta. Han tratado de hacer revueltas a favor de ellos mismos: primero, para que los chulos dejen de meterle tanta mano a la concubina, y segundo, para sacarla del mal camino, y que esas ganas de servir que tiene no sea por la “mala vida”.

Pero no es fácil. Los chulos también tienen sitiado el burdel. Cualquier apoyo dentro del burdel que se quiera obtener, resulta manipulado por los chulos y sus ayudantes. Y resulta que este año están viendo como reorganizarse para aparentar cambios; siempre tratando de conservar sus privilegios como chulos; y que la puta finalmente les siga rindiendo.

¿Podrán los clientes hacer que la puta no siga por el mal camino? Saben que es un camino largo y difícil, pero también saben que la más difícil empresa comienza con el primer paso. Y el primer paso es ese: tomar conciencia que la puta no quiere serlo más; y que ellos deberán de estar pendientes que los chulos no vuelvan a prostituirla.

¿Podrán?