Un límite, ahora

Es hora finalmente que se deje por sentado, para que no se vuelva a repetir tamaño abuso. Es hora de que la ley le ponga un "alto" a tanta canallada y demagogia. Gastar la plata del pueblo, en propaganda, es simplemente, una barbarie.

De qué sirve la ley de elecciones, si finalmente se la acomodan a cada gusto y antojo, y no estipula sanciones específicas para quienes la infrinjan. El reglamento está lleno de vacíos.

Ojo, que estoy de acuerdo con que el Estado provea de recursos a los partidos políticos para sus campañas (imagínense si no se tuviese esa fuente, de donde tomarían el dinero). Más allá de que se regule estrictamente en tiempo de elecciones, debe regularse fuera de ella. Alvaro Noboa lleva gastado un millón de dólares en su pauta. Se jacta en cada discurso: "Con Dios". Hubiese donado ese millón a la campaña "Una canto a la vida". Hipócrita.

El nefasto gobierno que acabamos de pasar, desde enero gastó un millón ochocientos mil dólares. No sumemos el millón más que tuvo que haber gastado entre octubre y noviembre, por campaña electoral. ¿Y si esos tres millones los destinabamos, digamos, para un bono de 10 dólares mensuales para los 25000 médicos que reclamaban mejores sueldos? O mejor aún, ¿que tál si esos tres millones se utilizaban para comprar insumos para combatir la epidemia de dengue que azota el litoral? ¿Prevención del fenómeno del Niño? No sé, la lista puede ser interminable.

Debemos exigir ahora de nuestros gobernantes, y aprovechando que el congreso está asustado, que se ponga un límite estricto a la publicidad gubernamental, y que sea utilizada únicamente con fines de promoción, y no de ataque. ¿Llegará el día en que esto suceda? ¿Que opina?