Porque no comes sardinas…

Noviembre en los últimos años ha sido caracterizado por varios acontecimientos que sin duda alguna también pasarán al olvido. Quizá desde aquel 15 de noviembre de 1922, cuando se dio Guayaquil una de las masacres que daba muestra de cómo se manejaban las cosas en ese entonces. El entrenamiento militar y el tener un rifle en la mano muchas veces se presta para abusos que deben resultar intolerables. Murieron cientos de personas, dando origen al relato de Gallegos Lara, “Las cruces sobre el agua”. Desde entonces ya los milicos y demás entrenados sabían que no hay mejor cementerio que el agua de un río o laguna.

Hace 3 noviembres, en noviembre de 2002, un polvorín estalló en Riobamba, destrozando buena parte de la ciudad, originando serias polémicas alrededor del contenido de dichas bodegas, y el papel de los responsables de dichas explosiones. Días más tarde estallaban polvorines en Quito y Guayaquil. ¿Ha caído algún responsable?

Hace 3 noviembres Lucio Gutiérrez era declarado Presidente Electo del Ecuador. Acá todos somos responsables.

Hace 2 noviembres, en noviembre de 2003, toda una banda de delincuentes fue abatido en la farmacia Fybeca de la Alborada. ¿Realmente la policía tenía que actuar así? ¿Irresponsabilidad? Las pruebas apuntan a que fueron ejecuciones a sangre fría, sin mediar más. Los detenidos desaparecieron. ¿Esto es realmente de olvidar?

Este noviembre habrá otro motivo para recordarlo. El fallecimiento de un “financista” machaleño –de profesión abogado, ocupación Notario de la República- , ha provocado la desesperación sino el enojo de muchos de los residentes en la capital orense, donde se radican la mayoría de los afectados. Bajo la promesa –real- de intereses del 8, 9 y 10 por ciento mensual este señor había captado según los cálculos más altos 1000 millones de dólares. ¿Cómo hacía para pagar los intereses? Los uniformados nuevamente son parte de la noticia, al ser ellos quienes propiciaron el saqueo en las oficinas del notario, y llevar al pueblo a un total caos.

¿Notan algún factor común aquí? De los tres primeros casos, ya casi ni se habla. Bueno, con excepción de Lucio que cada día sale con disparates, pero eso ya es normal en él.

¿Qué nos queda entonces? Bogar por una búsqueda de la justicia –sea cual fuere- y que no se nos quede en el olvido las cosas que estos señores han hecho. En los casos presentados son los uniformados que se han encargado que olvidemos las cosas. Pero en los casos que a diario se oyen: corrupción, prepotencia, y un largo etcétera, somos nosotros los llamados a no olvidar. A recordar siempre de las faltas cometidas, para luego no premiarlas.

- ¿Por qué no me acuerdo?
- Porque tienes mala memoria
- ¿Y porqué tengo mala memoria?