¡Milagro! Ya no hay corrupción
Si me he de declarar adepto a alguna religión, podría decirse que soy católico. Pero solamente de título. En la práctica la verdad es que me quedo de año laaaaargo. Particularmente confieso que no me gusta la idea de una iglesia manejada por hombres. No se me ocurre pensar que Cristo, sabiendo lo débiles que podríamos llegar a ser los humanos, nos haya dado semejante responsabilidad. Pero bueno, eso en realidad es harina de otro costal, y no es la idea de la entrada que estoy creando actualmente.
Durante la semana anterior, salio a la luz los negocios de la iglesia católica con la banca cerrada, en particular Filanbanco. Acusaciones iban y venían, se cuestionaba si la iglesia había infringido el código de comercio, negocios en la crisis. En fin, un sinnúmero de interrogantes y pocas respuestas claras. No existe entonces nadie que pueda aclarar con viva voz lo que sucede y sucedió en las negociaciones con el mencionado Filanbanco.
Pero esta semana, en cambio, ¡milagro!
Ya no hablemos de corrupción en torno a la iglesia. Hablemos de Narcisita. Por fin, la iglesia aprobó un segundo milagro de Narcisa de Jesús, que la llevará a los altares y la elevará a categoría de Santa.
Vale: todo el mundo se ha distraído. Y una vez más, se deleitan haciéndolo. Diario El Universo ha dedicado durante 3 días espacios, y no pequeños, en primera plana, a la historia de la hija predilecta de Nobol, sus milagros, etc.
¡Qué coincidencia! Yo le daría este milagro, que vendría a ser el tercero, a la Narcisita: la Conferencia Episcopal Ecuatoriana salió bien librada del escándalo.
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