CSI Criollo, o mejor dicho, ladrones desgraciados
El día de ayer fui víctima de ladrones. Los desgraciados hicieron gala de todas sus habilidades y destrozaron un candado, se llevaron chapa con todo y finalmente procedieron a llevarse cosas pequeñas pero valiosas: se metieron directamente al dormitorio y sustrajeron alhajas y otras cuantas cosas. Cuando los encuentre les diré que vayan al congreso para que rompan el candado también.
Inmediatamente pude, llamé a la policía. Debo decir que es la primera vez que hago este tipo de trámite: las otras veces que me habían asaltado no lo hice. Y así pude darme cuenta de la eficiencia de nuestra policía.
Luego de media hora de espera, y de dos llamadas a la operadora, por fin se apareció UN agente motorizado, como para calmar los ánimos. Inmediatamente procedimos al repaso de la escena del crimen: cajones desordenados, etc. 5 minutos después, se aparecieron ya 2 agentes más, ahora sí en patrullero. A continuación una conversación con el primer agente:
A: ¿Quiere que le llame al halcón?
G: ¿??????
A: A los agentes de la PJ, ellos deberán investigar…
G: Ah, ya, bueno, pero ahora.
Media hora más tarde…
Buenas tardes, soy el Teniente Luis Castilloffff.
Castillo: ¿Quiere que llame a criminalística?
G: ¿????
Castillo: A los investigadores de la escena del crimen.
G: Rápido, por favor.
Media hora más tarde…
En un silencio absoluto, como si hubiese bajado el mismísimo Dios a aliviar mi pesar, llegaron los de criminalística. Portaban un maletín del hijuesumadre. Pensé: “Puta, esto va a ser bacán” (En medio de la angustia del robo, iba a presenciar el trabajo de profesionales). Abrieron el maletín, y entonces…
Cof, cof, cof… Un gajo de frascos con polvos que parecían maquillaje de Tiko Tiko comenzaron a desfilar. Hasta ahí mis ganas de seguir viendo el trabajo de profesionales.
A la PJ. A poner la denuncia.
Debo admitirlo: las oficinas de la PJ no eran como yo esperaba. ¡Eran peores! Luego de andar pajareando un rato, y tratar que no me confundan con choro, llegué a la fiscalía.
- Señorita, vengo a denunciar…
- ¿Cómo le robaron?
- Bueno, verá, se metieron a mi casa y entonces…
- Vaya saque seis copias de este papel y tres de este otro, y luego viene que le atiendo enseguida.
Media hora más tarde…
A ver señor, présteme su cédula.
Tenga.
Y comenzó a recoger los datos en un modelo de computadora que solamente he visto en películas: monitor virtual, teclado poco sensible al tacto, con algo llamado rodillo. Mierda. Era una máquina de escribir.
15 minutos después…
Bueno, sr. Sornoza. Eso es todo. Vaya aquí a prevención para que le asignen un agente en la Brigada de la Propiedad. Luego regresa a preguntar cuál es el fiscal que conocerá su caso.
Me dirigí a prevención. Me preguntaba porque se podía llamar así una oficina donde vamos los denunciantes. Pasé la puerta y lo comprobé. Junto a los escritorios donde se hacían los trámites, unos 20 delincuentes fresquitos, recién sacados de la calle. No lo negaré, me dio cierto culillo.
- Falta la firma del fiscal, vea
- Chuzo. Ya vengo.
- Señorita, falta la firma del fiscal.
- Que bobita yo. La fiscal ya se fue. Venga mañana a las tres de la tarde para que le indiquen lo mismo.
Tres de la tarde del día siguiente…
Llegué a la oficina de la brigada de la propiedad. Una oficina de 3 x 3, dos policías. Luego a buscar al agente. Luego a buscar al fiscal. Todo en medio de desorden y muchos “vaya por ahí y pregunte”. “Venga el jueves para empezar la investigación”.
Ahora que lo he vivido, y he visto lo ágil y moderna que es nuestra policía, estoy más que seguro que será resuelto el crimen y los culpables estarán tras las rejas.
¿O no?
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