El Ecuador de hoy - Política y Sociedad Ecuatoriana: La hora Pala-ciega

octubre 05, 2005

La hora Pala-ciega




Creo que tenía 16 años cuando a Sixto se le ocurrió la idea: Adelantar los relojes una hora, para aprovechar la luz del día. Magnífico. Claro, si en el verano amanece más temprano, podríamos ahorrar una hora de energía. Claro, en Ecuador, que como está en la mitad del mundo, la verdad no ayudó mucho. Pero sí nos hizo madrugar más. ¿Recuerdan? A esto le llamamos "la hora Sixtina".

Ojala al doctor no se le ocurra aplicar la hora Pala-ciega. Es decir, que también adelante los relojes una hora a ver si podemos paliar la inminente crisis energética. Ya me imagino: los industriales trabajarán más temprano, los obreros, estudiantes, burócratas, etc.: todos estamos metidos en la colada, así que todos tenemos que levantarnos más temprano.

Pala-ciega, porque definitivamente hay que ser bien ciego para echarnos la culpa ahora de las desgracias eléctricas del país. Que si consumo más, me cobrarán más. Que si consumo menos, quedaré en las mismas. Es algo así como la teoría de la zanahoria y el garrote. Ambos cumplen su objetivo, lo cuestionable es el método.

Y es que en la metáfora, la zanahoria somos nosotros. Es el remedio más barato -políticamente hablando-, como siempre, nos trasladan el muerto. Preferiría que el doctor, en un arranque de impulso médico, le diera un shock eléctrico al país -a manera de garrote-: que comience un juicio a todos aquellos ministros de energía que pasaron por el sillón y lo calentaron, pero no tomaron conciencia del mal que hacen al no preocuparse por la generación de energía del país.

Desde la hora Sixtina, se nos ha anunciado año a año el tema de los apagones. Todos los años el cuco de los apagones regresa, con más fuerza, con menos fuerza, pero regresa. De lo que recuerdo, ninguno ha querido agarrar al toro por los cuernos, y pegar un grito de "¡hasta aquí!". Consecuencias, muy claras: la energía más cara de Sudamérica. Claro, el TLC nos va a abrir las puertas. Nosotros ya las estamos cerrando desde ya.

Gracias señores ministros. No se olviden que están ahí por nosotros. Bueno: están ahí por sus compadres, pero a sus compadres los pusimos nosotros. Y deben de trabajar por nosotros.

Ya la cagué. Me olvidé que no piensan en el bien del país.