El Ecuador de hoy - Política y Sociedad Ecuatoriana: El orden y la limpieza

noviembre 24, 2004

El orden y la limpieza




Siguiendo con la serie "Las 10 réglas" (véase post anterior), me toca realizar un análisis de la segunda regla planteada: El orden y la limpieza.

A mi modo de ver, el resultado de esto no es muy tangible que digamos, sino que resulta en algo un tanto intangible. Es decir, que el hecho de ser ordenado y pulcro de por sí no mejora las sociedades. En lo que incide -insisto, a mi modo de ver- es en el sentimiento de la sociedad hacia el lugar en el que habita, trabaja, estudia, etc.

Es que no creo que si tenemos las calles sucias, las alcantarillas destapadas y malolientes, como que ni ganas de salir de la casa dieran. Y luego, no podríamos "orgullecernos" de nuestra ciudad. Gracias a los últimos 12 años de administración municipal, aquí en Guayaquil el panorama es otro. No es por hacerle propaganda al PSC o a León ni Nebot, simplemente es un hecho. La autoestima del guayaquileño está elevada, y con justa razón. Esto de por sí motiva a pagar los impuestos, saber que se está inviertiendo en obras para la ciudad y por lo tanto conlleva a una mejor sociedad y un mejor país. Claro, en buenas manos, insisto. Y no es que Nebot sea santo de mi devoción, simplemente hay que reconocerlo.

El orden también conlleva progreso. Esto es algo en lo que algunos renegarán de mí, pero creo que el orden que se está implantando en la ciudad también es bueno. Tener a cada cosa en su lugar para que pueda tenerse una ciudad ordenada, y por ende, progresista. Ya sé que igual han habido excesos actualmente, no hay que esconderlos, pero a lo que voy es: el orden genera progreso.

Los gobiernos locales de las ciudades del Ecuador están sosteniendo este avance, a través del orden y la limpieza. O es que tú, amigo lector, te sientas a trabajar o estudiar en un puesto sucio? Si o no que tienes tu orden bien establecido para poder llevar a cabo mejor las cosas? Pues bien, aplícalo en tu ciudad también. Enséñale a tus hijos a querer su ciudad, su país. La basura en su lugar y las cosas en su puesto. De nuevo, el gran cambio del Ecuador depende del gran cambio que le demos a nuestra vida. Mejoremos el Ecuador.